El Reino de los Cielos es para los que tienen buena voluntad
Lo que se hace por obligación y sin desearlo, no es digno de recompensa ante el Justo Juez.
La devoción no obliga a nadie a algo por lo que no sienta una buena disposición. Sin embargo, “si alguno quiere seguirme, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz de cada día y que me siga” (Lucas 9, 23).
Y, “si quieres ser perfecto, vende todo lo que posees y reparte el dinero entre los pobres, para que tengas un tesoro en el Cielo. Después ven y sígueme.” (Mateo 19, 21)
Además: “si quieren obedecerme, comerán lo mejor de la tierra” (Isaías l, 19).
A partir de lo mencionado, así como de otras palabras semejantes, entendemos que el Reino de los Cielos es otorgado a quienes actúan de buena voluntad, porque lo que se hace por obligación y sin desearlo, no es digno de recompensa ante el Justo Juez.
(Traducido de: Sfântul Maxim Grecul, Viaţa şi cuvinte de folos, traducere de Florentina Cristea, Editura Bunavestire, Galaţi, 2002, p. 63)