El respeto a las disposiciones divinas
Por eso decimos que el más pecador de todos los hombres, si busca el orden de las disposiciones divinas, es mucho más bueno que otro que es justo, pero que no respeta niguna disposición.
Exhortemos a nuestros familiares y conocidos a ayunar. No porque comer o dejar de hacerlo nos pueda llevar al Paraíso o sacarnos del infierno, sino para respetar esa disposición divina. Cristo Mismo respetó muchos preceptos: fue circuncidado a los ocho días, y a los cuarenta días fue presentado en el templo.
En los años de Su vida y también en Su Pasión permitió, dispuso que se respetaran todos esos cánones, como ser ungido con mirra. Las miróforas corrieron al sepulcro para cumplir con lo que estaba prescrito, ¡y recibieron la noticia de la Resurrección! Todo esto nos insta a respetar las disposiciones divinas. ¿Por qué? Porque, si lo hacemos, Dios rebosará Su amor sobre nosotros, dándonos también Su misericordia por nuestra determinación a seguirle. Por eso decimos que el más pecador de todos los hombres, si busca el orden de las disposiciones divinas, es mucho más bueno que otro que es justo, pero que no respeta niguna disposición.
(Traducido de: Părintele Nicolae Tănase, Să nu-L răstignim iarăși pe Hristos, Editura Agaton, Făgăraș, 2011, pp. 119-120)