El que sea tanto “Marta”, perseverante en el esfuerzo (es decir, las buenas obras de toda clase) como también “María”, que estuvo a los pies de Jesús (es decir, el recuerdo cálido y atento de todo el corazón hacia el Señor), ése recibirá al Señor mismo y verá cómo resucita su propio “Lázaro”, es decir, su espíritu, desatándole toda amarradura del cuerpo y del alma. Entonces empezará para él una vida realmente nueva, inmaterial, en el cuerpo y fuera de este mundo, aún en esta tierra. ¡Tal será la verdadera resurrección en el espíritu, antes de la resurrección futura, que será también en el cuerpo!

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Tâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, Traducere de Adrian şi Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, 2011, p. 30)