Nosotros, los cristianos, necesitamos profundizar nuestra vida en la Cruz del Señor, o, mejor dicho, la Cruz y el Sacrificio del Señor tienen que penetrar más profundamente en nuestro corazón y en nuestra vida. La Cruz es la señal más valiosa que tenemos los hombres aquí en la tierra.

Solamente que esta señal tiene que ser, tiene que hacerse una fuente de poder cristiano y de vida cristiana. La Cruz es señal de victoria y con ella tenemos que vivir una vida de vencedores. La Cruz y el Sacrificio de nuestro Señor tienen que llegar más profundamente a nuestro corazón y a toda nuestra vida en general.

(Traducido de: Preotul Iosif Trifa, Oglinda inimii omului, Editura Oastea Domnului, Sibiu, 2009, p. 55)