Palabras de espiritualidad

El temor de Dios, un deber y un medicamento para el alma

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

El temor de Dios no nos permite pecar: al contrario, nos insta a obrar siempre el bien. De esta manera, estaremos cumpliendo con el mandamiento: “apártate del mal y obra el bien” (Salmos 33, 13).

“El temor de Dios aborrece el mal” (Proverbios 8, 13); y si lo odia, lo aparta; y si lo aparta, el alma se purifica; y, con esto, podrá presentarse ante el Señor. Esto es lo que buscamos con tanto ahínco, porque, si despertamos en nosotros el temor de Dios y lo cultivamos, tendremos a la mano el medio más poderoso para sanar nuestra alma.

El temor de Dios no nos permite pecar: al contrario, nos insta a obrar siempre el bien. De esta manera, estaremos cumpliendo con el mandamiento: “apártate del mal y obra el bien” (Salmos 33, 13), que les da el profeta a quienes buscan la vida verdadera.

(Traducido de: Sfântul Teofan ZăvorâtulTâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, traducere de Adrian și Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, 2011, p. 23)