El temor de Dios, una virtud indispensable
El temor de Dios no te permitirá que peques y te instará a hacer lo que es bueno, cuando sea el momento de hacerlo.
“El temor de Dios detesta el mal” (Proverbios 8, 13); y si lo detesta, lo aparta. Y si lo aparta, el alma se purifica de él y, en consecuencia, se muestra íntegra ante el Señor. Esto es también lo que buscamos con tanta dedicación. Y esto significa que, si despiertas en ti el temor de Dios y lo alimentas, serás capaz de dominar la forma más poderosa de alcanzar la sanación.
El temor de Dios no te permitirá que peques y te instará a hacer lo que es bueno, cuando sea el momento de hacerlo. Con esto, estarás cumpliendo el mandamiento: “Apártate del mal y practica el bien” (Salmos 33, 13), que el profeta da a quienes buscan la vida verdadera.
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Tâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, traducere de Adrian și Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, 2011, p. 23)