El verdadero valor de practicar el bien
Mientras más esfuerzo implique la práctica del bien, más grande será la recompensa que recibiremos por parte de Dios.
Quien llegue al nivel de practicar el bien por amor, sin cualquier otro propósito, habrá alcanzado la medida de la perfección y podrá llamarse hijo de Dios.
La pureza por Dios no es algo que venga del simple conocimiento, sino a través de la práctica constante de las virtudes. Mientras más trabajo implique la práctica del bien, más grande será la recompensa que recibiremos por parte de Dios. El bien que se hace sin esfuerzo recibe una recompensa menor, porque, como dije antes, a mayor esfuerzo y sacrificio, más grande es la retribución de nuestro Santísimo Dios.
(Traducido de: Arhimandritul Cleopa Ilie, Îndrumări duhovnicești pentru vremelnicie și veșnicie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2004, p. 99)