En la oración lo que cuenta es la calidad, no la cantidad
Hay muchos que, aunque oran con la lengua, con la mente piensan en toda clase de banalidades, suciedades e impurezas. ¿Y cómo podría escuchar Dios a quien actúa de esa manera?
Dios no te pide un número determinado de salmos y oraciones; al contrario, Él atiende lo que tu mente le dice con claridad y serenidad. Porque hay muchos que, aunque oran con la lengua, con la mente piensan en toda clase de banalidades, suciedades e impurezas. ¿Y cómo podría escuchar Dios a quien actúa de esa manera?
No sabes lo que haces, hermano. Dios no quiere una gran cantidad de oraciones de nuestra parte, sino simplemente una oración llena de temor de Dios y humildad, tal como el ángel del Señor le ordenó al gran Pacomio. Tu esfuerzo debe centrarse no en un determinado número de oraciones, sino en un pensamiento profundo y atento, para que todo lo que hagas sea bien recibido por Dios.
No todo lo que es pequeño es insignificante, y no todo lo que es grande es excelso y perfecto.
(Traducido de: Sfântul Cuvios Paisie Velicikovski de la Neamț, Crinii țarinei sau Flori preafrumoase adunate pe scurt din Dumnezeiasca Scriptură, Editura Bisericii Ortodoxe din Moldova, Orhei, 1995, p. 39)