¿En qué consiste amar correctamente?
Quisiera que me digan qué padres aman verdaderamente a su hijo: ¿Los que le hacen las tareas de la escuela, o los que hacen un poco de tiempo para explicarle los puntos más complicados de cada materia, para vigilarlo y evitar que se vuelva ocioso, sino que haga todo correctamente, apoyándolo y elogiándolo en su esfuerzo, pero sin hacer esas tareas en nombre suyo?
He mencionado que debemos amar correctamente, ya que “amando” podemos maleducar un niño, lo podemos sobrealimentar, el amor puede volverse ciego e irracional. No todos saben cómo amar. Desde luego, debemos dar racionalmente, tomando en cuenta las particularidades de la persona, pero siendo siempre guiados sólo por el amor.
Una vez, una mujer vino a buscarme a la iglesia, para contarme su historia. Recién se había divorciado de su esposo. Según me relató, éste no hacía nada, no trabajaba, mientras era ella la que proveía todo en el hogar. Llegó al punto de comprarle un diploma para que pudiera conseguir algún empleo, pero ni con eso logró sacarlo de casa. Finalmente, la mujer empezó a reconocer que ella misma había consentido de tal forma a su esposo, que lo había convertido en un inútil.
Le dije que era culpable por lo sucedido. Al haber asumido toda la responsabilidad del hogar, se hizo daño a sí misma y a su esposo también, quitándole toda iniciativa. Ella debería haber asumido tan sólo sus obligaciones, no las del otro; con ésto hubiera conseguido estimular a su esposo y ayudarlo a confiar en sí mismo.
Otro ejemplo. Quisiera que me digan qué padres aman verdaderamente a su hijo: ¿Los que le hacen las tareas de la escuela, o los que hacen un poco de tiempo para explicarle los puntos más complicados de cada materia, para vigilarlo y evitar que se vuelva ocioso, sino que haga todo correctamente, apoyándolo y elogiándolo en su esfuerzo, pero sin hacer esas tareas en nombre suyo? ¡Desde luego que estos últimos!
Cuando crezca, un niño que ha tenido padres así, sabrá ser agradecido por haber haber sido enseñado sentir el amor y el esfuerzo de sus progenitores. Así pues, aprendamos a manifestar nuestro amor por los demás, sin llegar a malacostumbrar.
(Traducido de: Pr. Pavel Gumerov, Conflictele familiale: prevenire și rezolvare, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2013, pp. 65-66)