¿Cómo entender la salvación? En la Iglesia entendemos la salvación como una comunión de la vida divina. Dios le participa Su vida al hombre. Cuando el hombre alcanza esta plena semejanza con Dios, por ejemplo, si el hombre llega a vivir tanto en la honra, en las injurias y en la vergüenza con el mismo e inmutable amor divino, es que se ha logrado alzarse a lo alto. ¿Por qué? Porque esa inmutabilidad del amor no es parte de la estructura psicológica del hombre, sino una característica divina: Dios no puede tener enemigos. ¿Quién podría oponérsele a Dios? Él es inmutable, porque no se engrandece con la gloria que le ofrecemos, ni se ve disminuido con las blasfemias que le lanzan algunos. Él es, y Su vida es eterna. Dios es, y nos llama a ese “ser”, y a la misma eternidad de la que Él se goza. Estamos en lo alto, en verdad, cuando alcanzamos la experiencia de las virtudes cristianas, entendidas no en un sentido ético, moral, sino como características de la energía que hay en el mismo Dios.

(Traducido de: Ieromonahul Rafail Noica, Cultura Duhului, Editura Reîntregirea, Alba Iulia, 2002