Palabras de espiritualidad

Enfrentar las tentaciones, un ejercicio salvador

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

El principal deber de los que quieren salvarse es enfrentar las tentaciones, para obtener la fe y dar testimonio de ella.

Las tentaciones, según su naturaleza, tienen como agregado principal el dolor. Sin embargo, según su forma, suelen cambiar constantemente —y de acuerdo a las circunstancias— en pos de un beneficio decidido anteriormente por parte de Dios, Quien permite que nos sobrevengan.

No se trata de explicar minuciosamente una clasificación de las tentaciones —el por qué, en dónde, cuánto y de dónde— porque, de acuerdo al Salmista, “los voy a enumerar y más que la arena se multiplicarán”. Ellas nos fueron explicadas ya, en detalle y certeramente, por nuestros Padres en sus escritos. Por eso, sólo traeré a colación que el principal deber de los que quieren salvarse es enfrentar las tentaciones, para obtener la fe y dar testimonio de ella en contra de esa apostasía a la que el mal nos arroja con trabajo.

(Traducido de: Monahul Iosif Vatopedinul, Cuviosul Iosif Isihastul, Editura Evanghelismos, p. 53)