¿Es necesario confesarse para poder comulgar?
Hay distintos hábitos, distintas maneras de proceder en lo que respecta a confesarse y comulgar. Hay unos que comulgan con frecuencia, pero se confiesan una sola vez al mes. Otros se confiesan cada vez que van a comulgar…
¿Con qué frecuencia se confiesan los monjes de su monasterio y también los laicos que vienen a visitarlo, padre?
—Es variable. La mayoría de laicos que vienen al monasterio son chipriotas griegos. Para estos fieles, la preparación previa a la Santa Comunión se hace, ante todo, ayunando. Tengo que precisar que, para ellos, la Confesión ha entrado un poco en desuso, porque no está estrictamente relacionada con la Santa Comunión. Comulgan cada vez que van a la iglesia. A menudo encontramos fieles de 30, 40 o 50 años, quienes vienen a confesarse por primera vez. Comulgan sin haberse confesado. Uno de los motivos de esto es que hay pocos sacerdotes con la bendición para ser padres espirituales (tengo entendido que, en tu Iglesia, los sacerdotes la reciben al ser ordenados). Por eso, para ellos la Santa Confesión es algo raro, aunque tendría que ser más frecuente. Bueno, esto es algo que depende de la nacionalidad de los fieles… En nuestro caso, como dije antes, vienen muchos chipriotas griegos; en Grecia, la situación es completamente distinta, al igual que en Rusia o en otros países ortodoxos.
Hay distintos hábitos, distintas maneras de proceder en lo que respecta a confesarse y comulgar. Hay unos que comulgan con frecuencia, pero se confiesan una sola vez al mes. Otros se confiesan cada vez que van a comulgar. Y creo que esa es la mejor solución, en el sentido de que debes tener la conciencia en paz por haber obtenido la absolución de tus pecados. Pero si, por ejemplo, hay alguien que se confiesa hoy y comulga dos o tres veces a lo largo de la semana, sin que en este período haya cometido algún pecado mortal, no creo que sea un pecado grave que comulgue varias veces con la misma confesión. Lo que quiero decir es que tenemos que evitar ser muy rígidos, atando absolutamente la Comunión a la Confesión. Si somos conscientes de la importancia de la Santa Eucaristía, no la banalizamos y no la secularizamos. Pero si no somos conscientes de ello, caemos en el mismo laicismo de los católicos. Y entonces comulgamos después de haber comido, sin habernos confesado… y no ganamos nada. Sería mejor no comulgar en cichas circunstancias.
Pero tampoco hay que caer en el otro extremo, de pasar hasta un año sin ir a comulgar. Esto es también una forma de secularizar las cosas, aunque en sentido inverso. Como vemos, hay que evitar los extremos. Si el hombre tiene una presencia de espíritu, si tiene la responsabilidad de la fe, está atento a su vida espiritual y le va bien en todo. En nuestro monasterio, el padre espiritual es el Padre Sofronio, pero también hay más confesores, porque, por su edad, el Padre Sofronio ya no puede confesar. Por eso, los monjes del monasterio acuden a los demás confesores. Pero nada de esto es planificado: es una decisión personal. En nuestro monaterio tampoco hay un momento preciso para la Confesión.
(Traducido de: Celălalt Noica – Mărturii ale monahului Rafail Noica însoțite de cîteva cuvinte de folos ale Părintelui Symeon, ediția a 4-a, Editura Anastasia, 2004, pp. 140-141)