¡Evita las malas compañías!
No te juntes con semejantes personas ni te detengas a conversar con ellas, a menos que tengan la intención de volver al camino correcto.
Evita a esos que veas despreocupándose de los mandamientos de Dios. Son personas que han muerto para las virtudes y viven para las pasiones; se alegran haciendo su propia voluntad, pero están vacíos de cualquier alegría espiritual. No te juntes con semejantes personas ni te detengas a conversar con ellas, a menos que tengan la intención de volver al camino correcto.
De lo contrario, si no eres capaz de ayudarles en esto, evítalos como si se trataran de tus adversarios. A menudo, un huevo podrido termina comprometiendo a los demás y una partícula de hiel hace que toda la mermelada se torne amarga (así como un poco de levadura puede fermentar toda la masa). El mismo Señor nos enseña a evitar tal clase de levadura (Mateo 16, 6), entendida como la doctrina de aquellos cuyo carácter es uno perverso.
(Traducido de: Sfântul Vasile cel Mare, Despre evitarea tovărăşiilor rele, în voi. învăţătură către fiul duhovnicesc, Ed. Mitropoliei Olteniei, Craiova, 2007, p. 57)