El creyente que asiste a la iglesia glorifica al Señor, y el Señor lo glorificará a él. La iglesia es el Paraíso en este mundo. Al escuchar la palabra de Dios, escuchas al Señor Mismo. Es necesario embeber nuestra alma con la palabra de Dios.

¿Acaso hay un lugar más propicio y más provechoso para nuestra alma, que la iglesia de Dios, en donde hablamos con Él por medio de nuestras oraciones? Muchos judíos que visitaban el templo, al ver a Cristo y conocer Sus obras, creían en Él.

(Traducido de: Părintele Valentin Mordasov, duhovnicul de la Pskov, Învățături și întâmplări minunate, Editura Sophia, București, 2011)