Palabras de espiritualidad

¡Gracias, Señor!

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

También el Señor sufre con nosotros. Pero, en vez de ser agradecidos con Él, a menudo le decimos “gracias” con nuestra boca, mientras nuestro corazón está vacío.

Nuestros padres quieren que sus hijos estén bien todo el tiempo, que estén alegros y que les agradezcan por todo su esfuerzo y su sacrificio. Y cuando ven a sus hijos tristes, descontentos o frustrados, también ellos sufren.

Lo mismo pasa con nuestro Padre Celestial: Él nos da todo, pero siempre hay algo que nos mantiene descontentos. Es como cuando una madre satisface todos los caprichos de su hijo, pero este sigue sintiéndose insatisfecho y se lo reprocha.

También el Señor sufre con nosotros. Pero, en vez de ser agradecidos con Él, a menudo le decimos “gracias” con nuestra boca, mientras nuestro corazón está vacío. Nuestra alegría es la muestra más grande de gratitud que podemos presentar a Dios, porque Él nos libró de la tristeza y el pecado.

(Traducido de: Starețul Tadei de la Mănăstirea VitovnițaPace și bucurie în Duhul Sfânt, Editura Predania, București, 2010, p. 161)

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