Palabras de espiritualidad

¡Hay que arrancar el pecado de raíz!

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Hay muchos que se arrepienten y que, aunque se han decidido a no pecar más con sus acciones y a pesar de haber cortado todas las ramas del pecado y de haberse distanciado de él, han olvidado extraer hasta la última de sus raíces.

No basta con mantenerte lejos del pecado, sino que también debes cortarle las ramas y arrancar sus raíces, que son las malas inclinaciones y los malos hábitos, las tentaciones, las pasiones, los deseos y los apetitos que dejan sus raíces aún después de que te has apartado del pecado. Pero, para arrancar de tu corazón las raíces de todos esos ímpetus, hay que luchar, hermano. Porque, si no sacas esas raíces, existe el peligro de que otros pecados germinen y retoñen. Dice San Basilio el Grande: “Si, queriendo cortar una planta, dejas intactas sus raíces, esta volverá a brotar. Lo mismo ocurre con aquel que se limpia de sus pecados: primero debe apartarse de sus causas, porque los pecados brotan unos de otros y no pueden separarse.

Por eso es que vemos a muchos que se arrepienten y que, aunque se han decidido a no pecar más con sus acciones y a pesar de haber cortado todas las ramas del pecado y de haberse distanciado de él, han olvidado extraer hasta la última de sus raíces. Este es el motivo por el cual su corazón se sigue inclinando al pecado, recordándolo y deseándolo.

(Traducido de: Sfântul Nicodim Aghioritul, Despre metanie – pocăință, Editura Panaghia, pp. 28-29)