Palabras de espiritualidad

Haz lo que tienes que hacer, que Dios hará lo tenga que hacer

    • Foto: Benedict Both

      Foto: Benedict Both

La Gracia de Dios viene cuando alzamos nuestras manos. Esta es la fe que atrae la Gracia. Porque Él está listo para darnos Su Gracia... ¿Pero en dónde están nuestras manos? Dios “llueve” Su Gracia, pero nosotros usamos sombrero y abrimos nuestra sombrilla...

Todos somos vasijas. A veces de la Luz, otras de la oscuridad.

En tiempos de crisis y de problemas, elige mantener la boca cerrada. No digas nada, o te arrepentirás mil veces. Dile a los ángeles que la pongan ante los pies del Señor, y pídele a Él un ángel de paz para poder reconciliarte.

Muchas veces, las personas nos piden consejos y recomendaciones, tan sólo para esconderse detrás de ellas. Y después tú eres el culpable. Sin embargo, es muy probable que no pongan en práctica lo que les dijiste. Luego, es un esfuerzo inútil.

Cuando el “yo” se disipa y se vuelve “tú”, y cuando ese “tú” se desvanece y ambos se vuelven “Él”, nos hacemos Suyos.

Si alguna vez te ataca el temor, ciérrale tus oídos y empieza a orar.

Haz lo que tienes que hacer, que Dios hará lo tenga que hacer.

Nosotros mismos no nos podemos desprender de alguna de nuestras debilidades. Dios es Quien tiene ese poder, quitándonolas una a una.

Cada día debemos pedirle a Dios que nos libre de hacer nuestra volintad y que se haga la Suya, para que podamos ser como Él espera.

La Gracia de Dios viene cuando alzamos nuestras manos. Esta es la fe que atrae la Gracia. Porque Él está listo para darnos Su Gracia... ¿Pero en dónde están nuestras manos? Dios “llueve” Su Gracia, pero nosotros usamos sombrero y abrimos nuestra sombrilla...

No hables de los que no están presentes.

Vivimos banalmente y creemos que en esto consiste la vida. ¡Pobres de nosotros!

¡Oh, Señor! Perdónanos si nos pavoneamos como esos gallos que levantan la cresta y creen que son algo.

¡Ay de nosotros! Consideramos Inmortal lo tangible, y entendemos la Eternidad como inexistencia.

¡Pobre de la cebolla! Hasta ella ofrece lo que tiene, según sus fuerzas...

¡Qué hermoso el Misterio del Día de Mañana!

El hombre algunas veces recibe su lección. Si no lo hace, quiere decir que hay algo en su subconsciente que se lo impide.