¡Hazte un programa espiritual y mantendrás la gracia!
Después de las oraciones de la mañana, lee algo del Nuevo Testamento. Toma alguna enseñanza de él e intenta retenerla en tu mente, para ponerla en práctica durante todo el día. Cada noche, pregúntate, “¿Qué hice hoy? ¿Qué dije y que no debí decir? ¿Cuántas veces me enojé? ¿Qué pude hacer y no hice?”. De noche debemos examinarnos. ¡Así es como se renueva y se revigoriza la gracia! ¡Así es como debemos luchar!
Hazte un buen progama. Después de las oraciones de la mañana, lee algo del Nuevo Testamento. Toma alguna enseñanza de él e intenta retenerla en tu mente, para ponerla en práctica durante todo el día. Repite, “Hoy retendré esta enseñanza y me esforzaré en practicarla”. Consume el antidoron después de las oraciones matinales. Por la noche, lee algún texto de patrística, porque te preparará el alma para poder orar.
Cada noche, pregúntate, “¿Qué hice hoy? ¿Qué dije y que no debí decir? ¿Cuántas veces me enojé? ¿Qué pude hacer y no hice?”. De noche debemos examinarnos. ¡Así es como se renueva y se revigoriza la gracia! ¡Así es como debemos luchar!
(Traducido de: Părintele Eusebiu Giannakakis, Să coborâm Cerul în inimile noastre!, Editura Doxologia, Iaşi, 2014, p. 24)