Palabras de espiritualidad

¡Hermano, apártate de la pereza!

  • Foto: Oana Nechifor

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El ocioso es como un huerto sin trabajar en el que crecen las espinas y las zarzas. Por eso es que se nos dice: “De muchos males es maestra la pereza”.

Apártate de la dejadez y de la pereza, que tanto daño provocan, porque el ocioso es como un huerto sin trabajar en el que crecen las espinas y las zarzas. Por eso es que se nos dice: “De muchos males es maestra la pereza” . Dedícate a trabajar a conciencia el huerto de tu alma, con buen juicio y virtud, para que produzca buenos frutos y no se llene de matorrales. Ocúpate todo el tiempo en cualquier trabajo físico o espiritual, para que el demonio no tenga cómo tentarte, porque nuestra mente se mantiene en movimiento y se remueve como la rueda de un molino, y si no ponemos granos buenos, el maligno se entromete y le arroja pequeñas piedras para estropearlo. A él le gusta azuzar y encender con fuerza la llama del desenfreno. Por eso, insisto, apártate de la pereza. Y, de mañana, cuando te despiertes, levántate inmediatamente de tu lecho y ponte a orar, porque la oración es el más dulce consuelo del alma y con ella es más fácil enfrentar las cosas pasajeras y alcanzar la piedad, llenándote de virtud y poder ante el pecado.

Examínate al llegar la noche, cuando vayas a acostarte, y pregúntate cómo fue tu día, y si caíste en la enemistad con alguien, la envidia o la injuria. Acuérdate de los instantes de tristeza y alegría, del tiempo dedicado a las cosas de esta vida, de las mentiras que dijiste y de las palabras vanas que pronunciaste. Acuérdate también de las ofensas y los insultos proferidos en contra de tu semejante, de tu dejadez y del hecho de no haber estado atento a la práctica de las virtudes y al amor de tu Creador y Soberano, así como a las bondades que Él te envía. Examínate y respóndete si has caído en la desidia y el descuido en tus oraciones, y si has ignorado a los más necesitados y a los pobres.

(Traducido de: Agapie Criteanu, Mântuirea păcătoșilor, pp. 34-35)

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