La flor está en el cesto. el muchacho debe buscarla y elegirla.

La chica no debe salir a buscar al chico, sino que el chico debe venir a ella. Pero, ante todo, es importantísimo saber apreciar a la mujer en general.

Ella es una extraordinaria obra de Dios. ¡Qué capacidad tiene la mujer para llenarte de felicidad! Cuando el hombre sabe que en casa es parte de un amor pleno, trabaja con más ahínco, se lanza a vencer todas las guerras, a resolver todos los problemas.

Es bueno recordar que la mujer tiene una mente excepcional; aunque no sea instruida, tiene una perspicacia asombrosa y muchas veces es más realista que el hombre. La mujer es capaz de experimentar desde hoy un sentimiento para el día de mañana. Bueno, tal parece que nosotros discutimos sobre todo esto y racionalizamos todas estas cosas... cuando en el amor no hay nada racional.

(Traducido de: Părintele Arsenie Papacioc, în Apostolat în Țara Făgărașului, nr. 18/iulie 2008, p. 9)