“¡Huye y sálvate!”
Es necesario que el creyente se cuide de las tentaciones. “Huir” es muy útil para purificarse.
No podrás purificar tu corazón mientras vivas repartido entre miles de cosas e intereses. No ayudan las preocupaciones, el desorden, los nervios, el bullicio, las enemistades. En general, la agitación no es de ninguna utilidad. Ni el palabrerío, ni las bromas, ni los viajes, ni los paseos interminables, ni la extraversión. También la vida mundana y las distracciones terrenales obstaculizan la iluminación del corazón.
Igualmente, es necesario que el creyente se cuide de las tentaciones. “Huir” es muy útil para purificarse. Lejos de toda imagen, de las lecturas y los espectáculos que ensucian el corazón. Lejos de las malas compañías, las discusiones y las bromas vulgares, que solamente enturbian el interior del hombre. “¡Huye y sálvate!”.
(Traducido de: Arhimandritul Spiridonos Logothetis, Inima în scrierile Sfinţilor Părinţi, Editura Sophia, Bucureşti, 2006, pg. 65)