Palabras de espiritualidad

La alegría que es fruto del arrepentimiento

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Una vez nos arrepintamos de corazón, el perdón de nuestras faltas será decidido en el Cielo, de manera tal que al confesarnos esa decisión divina vendrá a ser promulgada.

El perdón de los pecados no lo recibimos por nuestros propios méritos, sino gracias a la misericordia de nuestro amoroso Dios, Quien siempre está dispuesto a perdonar a aquel que vuelve a Él con su arrepentimiento. Y nos hace indignos del perdón, no la cantidad o la gravedad de nuestros pecados, sino nuestra falta de contrición. Una vez nos arrepintamos de corazón, el perdón de nuestras faltas será decidido en el Cielo, de manera tal que al confesarnos esa decisión divina vendrá a ser promulgada.

Nuestro Señor Jesucristo tomó con Su Cuerpo crucificado la lista de todos los pecados de los hombres y la destruyó. La aplicación en cada caso de esta inmensa misericordia tiene lugar en el Sacramento de la Confesión y es algo real. Aquel que recibe la absolución de su confesor se halla sin culpa ante la justicia de Dios. El debilitamiento de la fe en esto y el empobrecimiento de la esperanza en la piedad de Dios son causados por nuestro enemigo.

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Sfaturi înţelepte, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, p. 237)