La amistad es algo santo
La amistad es algo de la realidad del Cielo, traído aquí, a este mundo.
El amor acerca a las personas, pero no los vincula a algo que no se base en la amistad, algo que conlleve complicaciones (así como usualmente sucede). Pocos amigos continúan con su amistad después de casarse.
Una vez conocí a una chica que se llamaba Mónica. Le dije:
—¡Oye, yo también tengo una amiga que se llama Mónica!
—¡No puede ser!
—¿Por qué no puede ser?
—¡Porque Usted es un monje y no puede tener amigas!
En realidad, aún siendo monje, puedo tener muchas amigas, si la amistad se entiende como debe ser entendida, sin implicaciones de otra naturaleza, que actualmente suelen relacionarse con la amistad.
La amistad es algo santo. La amistad es algo de la realidad del Cielo, traído aquí, a este mundo. ¿Por qué no podríamos, así como dice el Santo Apóstol Pablo, tener una hermana como los otros apóstoles? ¿Por qué no podría tener yo también una amiga, así como la tuvo San Juan Crisóstomo?
En esa medida, todos podemos tener amigas, ¡muchísimas! Cuando se trata de implicaciones que no se basan en la amistad, es porque no se basan tampoco en el amor.
Si se trata de responder la pregunta: ¿Cómo debe ser la amistad entre un chico y una chica?, la respuesta es: La amistad entre un chico y una chica debe asemejarse al vínculo entre un hermano y una hermana. Un hermano y una hermana no tienen intereses de tipo sexual entre ellos. Así, el vínculo entre hermanos puede considerarse la medida del vínculo entre un amigo y una amiga.
(Traducido de. Arhimandritul Teofil Părăian, Veniţi de luaţi bucurie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2001, pp. 115-116)