La aquiescencia con los niños
La vida santa de los padres otorga a los hijos una confianza interior, que los hace ser obedientes de forma natural.
—Padre, una mamá se ha quejado porque su hijo escupe la “aghiasma” (agua bendita) que ella le da. ¿Qué debe hacer?
—Que ore por su hijo. Puede ser que la forma en que ella le da la aghiasma provoque en el niño esa animadversión. Para que los hijos tomen el camino hacia Dios, es necesario que los padres vivan correctamente en lo espiritual. Algunos padres tratan de que sus hijos sean más buenos, no porque les preocupe la salvación de sus almas, sino solamente para eso, para tener buenos hijos. Es decir, les angustia más lo que los demás digan sobre sus hijos, que el hecho de que puedan irse al infierno. Entonces, ¿qué más puede hacer Dios? No se trata de forzar a los niños para que vayan a a iglesia, sino que aprendan a amarla; que no hagan el bien a la fuerza, sino que lo sientan como una necesidad. La vida santa de los padres otorga a los hijos una confianza interior, que los hace ser obedientes de forma natural. Y, así, crecerán en una atmósfera de devoción y salud, sin traumas psíquicos. Si los padres compelen a los hijos por temor a Dios, entonces Dios ayuda y el niño obtiene beneficio. Pero si los padres hacen todo por egoísmo, entonces Dios no los ayuda. Y es que, muchas veces, los hijos sufren debido al orgullo de los padres.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești IV - Viața de familie, Editura Evanghelismos, București 2003, p.113)