La caridad nos abrirá las puertas del Reino
A esa boda, es decir, al Reino de los Cielos, podrán entrar únicamente aquellos que, a semejanza de las cinco muchachas prudentes, tengan las lámparas de su fe encendidas con el aceite de la caridad.
Sin caridad no hay salvación! Esto es algo que podemos ver también en la Parábola de las diez vírgenes, en la cual el Señor asemeja el Reino de los Cielos con una boda, y a los hombres con diez doncellas, vírgenes todas ellas, quienes, tomando sus lámparas, salen al encuentro del novio. En esta parábola, el novio es Cristo Mismo, Quien vendrá a juzgar a vivos y muertos.
Entonces, a esa boda, es decir, al Reino de los Cielos, podrán entrar únicamente aquellos que, a semejanza de las cinco muchachas prudentes, tengan las lámparas de su fe encendidas con el aceite de la caridad. Quienes no hayan practicado la caridad se quedarán afuera del Paraíso, aunque se hayan antaviado con la inmensa virtud de la virginidad.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele vieții, Editura Egumenița, Galați, 2007, p. 265)