La cercanía que Dios ofrece a quienes lo buscan
El Apóstol dice: “sin fe es imposible agradar a Dios” y “la fe sin obras está muerta”, lo cual demuestra que también nuestros actos, si les falta la fe, están muertos.
El Señor permanece cerca de quienes le invocan con verdad, pues hay quienes acostumbran a poner a prueba al Señor, acercándose a Sus palabras sin estar unidos a la fe. Como dice el profeta: “el justo por la fe vivirá; mas si vacila, Mi alma no se complacerá en él”. Por eso, la duda, la vacilación nos aleja de lo que pedimos. Y la fe que participa de las obras muestra que el Señor cumplirá la voluntad de los que le temen, escuchará sus oraciones y los salvará.
Mas cuando habló del temor, no se refirió al temor experimentado con el cuerpo, sino al temor del alma, al recuerdo del Estremecedor Juicio, aquel que probará con fuego inextinguible a toda la tierra. Quien teme de este modo se esfuerza para que, cuando el Señor venga del Cielo, encuentre en él la fe unida a las obras, porque en esta misma fe dieron testimonio nuestros ancestros. Entre ellos, Enoc fue hallado agradable al Señor y, solo él entre todos, fue trasladado al Cielo, pues por la fe cumplió lo que era grato a Dios. Y el Apóstol dice de él: “sin fe es imposible agradar a Dios” y que “la fe sin obras está muerta”, lo cual demuestra que también nuestros actos, si les falta la fe, están muertos.
(Traducido de: Sfântul Simeon Stâlpnicul din Muntele Minunat, Cuvinte ascetice, Editura Doxologia, Iași, 2013, p. 57)
