La clave para dejar de hablar tanto y en vano
Dicen los Padres que, cuando pensamos en la muerte, cuando nos volvemos a nuestro interior, nuestra mente se hace humilde y, con esto, recibimos las demás virtudes.
La forma de librarnos de hablar en vano es pensar en la muerte. Así lo decían los Padres: “Así pues, Señor, concédeme ver mis faltas”. Si el hombre tiene ese don, si es capaz de ver sus propias faltas, se librará de todo lo demás. Y para esto necesitamos mantener nuestra esperanza puesta en Dios, porque también puede ocurrir que, al ver sus faltas, muchos terminen cayendo en la desesperanza. Esta es la razón por la cual evitamos verlas, porque es un escenario verdaderamente aterrador.
Así las cosas, viendo y reconociendo lo que hay en nosotros, nos libramos de hablar en vano, nos libramos de todas las pasiones. En pocas palabras, dicen los Padres, cuando pensamos en la muerte, cuando nos volvemos a nuestro interior, nuestra mente se hace humilde y, con esto, recibimos las demás virtudes.
(Traducido de: Ieromonahul Savatie Baștovoi, Puterea duhovnicească a deznădejdii, Editura Reîntregirea, Alba-Iulia, 2014, pp. 24-25)