Palabras de espiritualidad

La columna vertebral de la Tradición Ortodoxa

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Esta sucesión de la experiencia de la deificación es la columna vertebral de la Tradición Ortodoxa y, en la misma medida. el fundamento de los Concilios Ecuménicos y Locales, del Derecho Canónico y de la vida litúrgica de la Iglesia hasta el día de hoy.

Actualmente, tenemos en nuestras manos un tesoro: la Teología de la Tradición Patrística, que es el esplendor y el fruto de siglos de experiencia, que se repite, se renueva y se consigna por escrito por esos que han llegado a la deificación, en distintas épocas. Tenemos los testimonios de los Patriarcas, de los Profetas y de los Apóstoles, que llamamos glorificación. Que un Profeta haya “glorificado”, significa que pudo ver la gloria de Dios. Lo mismo para los Apóstoles. Viendo el Apóstol la gloria de Cristo, constata por propia experiencia que la gloria de Dios del Nuevo Testamento es la de Dios en el Antiguo Testamento. De esta forma, Cristo es el Yahvé del Antigo Testamento, el Elohim del Antiguo Testamento..

En lo que respecta al Espíritu Santo, lo que es Él —porque no se observa claramente en el Antiguo Testamento—, lo conocemos por la experiencia de los Apóstoles. Porque con ellos se repite la experiencia de los Profetas, con la diferencia de que ahora el Yahvé del Antiguo Testamento tiene sumda la naturaleza humana de Cristo. Porque los Apóstoles fueron glorificados después de la Encarnación, tres de ellos parcialmente después de la Transfiguración del Señor, y todos de forma plena en el Pentecostés, cuando alcanzaron la cima más alta de la perfección a la que podría llegar algún hombre jamás en esta vida.

Después de los Apóstoles, tenemos la experiencia de los Padres de la Iglesia, pero también la de los Santos que alcanzaron la deificación. Esta sucesión de la experiencia de la deificación es la columna vertebral de la Tradición Ortodoxa y, en la misma medida. el fundamento de los Concilios Ecuménicos y Locales, del Derecho Canónico y de la vida litúrgica de la Iglesia hasta el día de hoy.

De este modo, si un teólogo ortodoxo se basa en la Tradición, si procede al análisis de la Tradición Patrística, y si él mismo, pasando por la purificación y la iluminación, alcanza la visión espiritual, llegando, así, no sólo a entenderla, sino también a constatar por sí mismo, en el Espíritu Santo, la verdad de esta Tradición, sólo entonces podemos decir que su método teológico es objetivo.

(Traducido de: Pr. prof. univ. dr. Ioannis Romanides, Teologia patristică, Editura Metafraze, Bucureşti, 2011, p. 112-113)