La confianza en tu stárets es un misterio divino
Cuando el discípulo tiene un stárets y se beneficia espiritualmente estando a su lado, no debe acudir a otro padre espiritual, porque podría dar a entender que no tiene confianza en aquel que Dios dispuso que fuera su mentor. Esto, ni más ni menos, se llama “adulterio espiritual”.
«Cierto día, siendo yo apenas un principiante, un hermano pasó anunciando por todas las celdas:
—¿Sabían que acaba de venir de muy lejos un padre espiritual lleno de virtud?
Al escuchar estas palabras, pensé: “¡Que buena oportunidad para obtener algún provecho espiritual!”: Así, corrí a buscar al stárets:
—Padre, ¿me da su bendición para ir a conocer al padre espiritual que acaba de venir, para obtener algún provecho espiritual?
—Si quieres ir, hazlo.
Entonces, sin perder más tiempo, fui al sitio en donde se hallaba el nuevo padre, hablando y enseñando cosas tan bellas, que no pude sino darle la razón al monje que nos había anunciado su llegada.
Cuando el padre terminó de hablar, volví a buscar al stárets, y le dije entusiasmado:
—Padre, realmente valió la pena. ¡Ha venido un verdadero portador de Dios!
Asintiendo levemente con la cabeza, el stárets me dijo:
—Esta noche, después de la Vigilia, ven a mi celda.
Así lo hice, aunque esta vez me sentía apesadumbrado, confundido. Al invitarme a tomar asiento, el stárets me inquirió:
—Venga, dime... ¿cómo te sentiste durante los oficios de esta noche?
—Ah, padre... Esta noche me sentí como lleno de oscuridad y desidia.
—Pero, hace apenas unas horas me dijiste que acabas de conocer a un padre espiritual portador de Dios. ¿Cómo es posible que no hayas conseguido orar bien esta noche?, me preguntó con ironía.
—Sí, padre... no sé por qué, pero no pude orar con normalidad.
—A ver, que te lo diré yo. Te conozco desde hace muchos años... yo te hice monje, yo también te hice sacerdote. ¿Has obtenido algún beneficio espiritual de parte mía, tu stárets?
—¡Sí, padre, mucho!
—Bien. Cuando el discípulo tiene un stárets y se beneficia espiritualmente estando a su lado, no debe acudir a otro padre espiritual, porque podría dar a entender que no tiene confianza en aquel que Dios dispuso que fuera su mentor. Esto, ni más ni menos, se llama “adulterio espiritual”.
Por todo esto, recibí por parte de Dios un canon de dos o tres días. Sin embargo, en mi interior comenzó a germinar una inquietud. Por eso, nuevamente acudí al stárets:
—Padre, Usted me dijo que el discípulo no tiene permitido buscar el consejo de otro padre espiritual. No obstante, tengo una duda. ¿Cómo es que el padre Efrén de Katunakia tiene al padre Nicéforo como stárets y, con todo, asegura que lo mejor lo ha aprendido de Usted?
—¡Se trata de algo distinto! Imagínate que, viviendo con tus padres, tu papá no te diera de comer. ¿Qué harías? ¿Te dejarías morir de hambre? Lo mismo ocurre con el padre Efrén. Tuvo que venir aquí, conmigo, a “comer”, pero no tiene permitido dejar a su stárets, por tosco que este sea. Por eso, con el consentimiento del padre Nicéforo, el padre Efrén sigue mis guías en las cosas espirituales, pero está obligado a obedecer a su propio stárets.»
(Traducido de: Monahul Iosif Dionisiatul, Starețul Haralambie - Dascălul rugăciunii minții, Editura Evanghelismos, București, 2005, p. 81)