La correcta educación de los hijos y sus frutos
Si quieres que tu hijo progrese ante Dios y entre sus semejantes, viviendo en paz y librándose del castigo eterno, dedícale toda la atención y todo el cuidado que puedas.
No seamos indiferentes, sabiendo que quienes actúan de acuerdo a la voluntad de Dios llegan lejos en esta vida. Porque todos estos respetan y honran al hombre virtuoso y bueno, aunque se trate del más pobre de todos, y del mismo modo huyen y odian al astuto y perverso, al embaucador, aunque tenga incontables bienes. Quien actúe según la voluntad de Dios no sólo será respetado por todos, sino que también a ti, quien lo engendraste, te parecerá digno de ser amado. Y lo amarás no sólo porque es normal amarle, sino también por otra razón, una que no debemos soslayar: lo amarás por su virtud. Y te parecerá no sólo digno de ser amado, sino también alguien en quien te puedes apoyar, sirviéndote y ayudándote cuando llegues a la vejez. Mientras los que son ingratos con Dios desprecian a sus padres, los otros, los que son buenos y también adoran a su Creador, los honran profundamente. Entonces, si quieres que tu hijo progrese ante Dios y entre sus semejantes, viviendo en paz y librándose del castigo eterno, dedícale toda la atención y todo el cuidado que puedas.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Părinții și educarea copiilor, Ed. Agapis, 2010, p. 43)