La devoción de los niños se adquiere desde el vientre materno
No es necesario repetirle constantemente al niño: “eso no”, “aquello tampoco”, “así no se hace”, “así tampoco”. Después de hacer lo esencial, debemos darle el “destornillador” a Cristo, para que Él “apriete” correctamente los “tornillos” que aún están sueltos.
Nuestros hijos deben recibir la devoción, para decirlo de una manera, junto a la leche materna, porque es en la edad más temprana cuando aprehenden todo de mejor manera. Precisamente por eso es que debemos procurar que sea entonces cuando “registren” lo que es la bondad y el amor. Y cuando crezcan debemos estar atentos y actuar con discernimiento y prudencia, así como, por ejemplo, damos cuerda a un reloj. Si sabemos que sus agujas no son muy resistentes, le damos cuerda despacito, con suavidad, para no estropearlo e inutilizarlo completamente.
Debemos ser cuidadosos al explicarle al niño, pacientemente, por qué debe hacer las cosas de determinada manera..No es necesario repetirle constantemente al niño: “eso no”, “aquello tampoco”, “así no se hace”, “así tampoco”. Después de hacer lo esencial, debemos darle el “destornillador” a Cristo, para que Él “apriete” correctamente los “tornillos” que aún están sueltos. No confiemos tanto en nosotros mismos, intentando hacer todo por nuestra propia cuenta.
(Traducido de: Cum să educăm ortodox copilul, Editura Sophia, 2011, pp. 78-79)