La firme determinación de la voluntad, acompañada y fortalecida por la Gracia Divina, puede vencer los malos hábitos que están enraizados en nuestro interior. Cierto es que, al comienzo, la costumbre se opone férreamente al que quiere librarse de su yugo, pareciendo invencible; sin embargo, si el hombre lucha con tesón, rechazando someterse a dicho hábito pernicioso, hará que este vaya perdiendo fuerza.

Entonces, hermano, si al luchar sucede que en determinado momento caigas vencido, no te perturbes ni te dejes llevar por la desesperanza: levántate y empieza a luchar nuevamente.

(Traducido de: Sfântul Ignatie Briancianinov, Cuvinte către cei care vor să se mântuiască, traducere de Adrian și Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2000, p. 47)