La forma de ayudarnos mutuamente
Ayudándonos los unos a los otros, podremos vencer a nuestro enemigo.
Que nadie se muestre indolente o temeroso ante las tentaciones, sino que el más fuerte ayude al más débil, el más brioso anime al de alma endeble, y que el espabilado ayude al que se deja vencer por el sueño. Que el perseverante amoneste al inconstante, y que el austero reprenda al desordenado y al que fácilmente cae en la disipación. Así, ayudándonos los unos a los otros, podremos vencer a nuestro enemigo, avergonzándolo. Además, con esto estaremos glorificando a nuestro Dios, alegrando a los ángeles y ofreciéndoles un gran provecho a quienes nos vean y nos escuchen, en Cristo nuestro Señor.
(Traducido de: Sfântul Efrem Sirul, Cuvinte și învățături vol. 1, Editura Bunavestire, Bacău, 1997, p. 157)