Palabras de espiritualidad

La humildad del Señor, nuestro modelo a seguir

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

El hombre que se reviste con la humildad, en verdad se hace semejante a Aquel que descendió de lo Alto.

Dios se pone al alcance de todos. A semejanza de Dios, también los grandes santos ocultan sus grandes virtudes y los poderes de la Gracia con el atavío de la humildad, viviendo en una profunda modestia y simplicidad entre sus hermanos. Y, porque se consideran los más pecadores del mundo, hablan y conviven con los otros pecadores. Así, al compartir con los demás, les participan sus propias virtudes, ganándoselos para Dios y ayudándolos a salvarse.

El hombre que se reviste con la humildad, en verdad se hace semejante a Aquel que descendió de lo Alto, Quien ocultó la perfección de Su grandeza y Su gloria con el manto de la sencillez, con tal de que lo creado no sufriera por el poder de Su luz. Y es que lo creado no habría podido verlo ni compartir con Él, si no se hubiera hecho semejante a nosotros.

(Traducido de: Arhimandritul Serafim AlexievViața duhovnicească a creștinului ortodox, traducere din limba bulgară de Valentin-Petre Lică, Editura Predania, București, 2010, p. 204)