La humildad, la contrición y la sencillez de la vida del cristiano
Toda la vida espiritual está contenida en las Bienaventuranzas de Cristo, que comienzan con la humildad.
“El arrepentimiento profundo proviene de la humildad y de la acción de la Gracia Divina. Cuando se pierde la humildad, todo está perdido. Toda la vida espiritual está contenida en las Bienaventuranzas de Cristo, que comienzan con la humildad. Recordemos que también los conocimientos teológicos pueden engendrar una satisfacción egoísta, que viene a destruir todo”.
“¿Cómo llegamos a la humildad y al arrepentimiento? Contamos con los mandamientos de Cristo e intentamos cumplir con ellos; con todo, entendemos que no podemos alcanzar el nivel de Sus mandamientos, porque somos pecadores y tenemos pasiones, pero empezamos a arrepentirnos. Es entonces cuando brota el llanto. Y no pedimos más que la piedad de Dios. Vista de esta manera, la vida del cristiano es muy simple”. (...)
“El hombre no vuelve a caer en el engaño cuando siente que ya se halla en el engaño. Es decir, cada pecado es un engaño, debido a que ese estado de perversión confunde a la mente y la aparta de Dios. Cuando cometemos alguna falta, sentimos que somos pecadores, así que pedimos sin cesar la misericordia de Dios, y esta nos libra de otra caída o engaño”.
(Traducido de: Ierótheos Vlachos, Mitropolit de Nafpaktos și Sfântul Vlasie, Cunosc un om în Hristos: Părintele Sofronie de la Essex, traducere din limba greacă de Preot Șerban Tica, Editura Sophia, București, 2011, p. 251)