La indiferencia, un peligro para nuestra alma
No seamos indiferentes. La indiferencia es el más grande peligro para el alma.
¿Cómo puede un cristiano encontrar paz en medio del ruido del mundo?
— ¡Debemos esforzarnos en alcanzarla lo más que podamos! No seamos indiferentes. Porque la indiferencia es el más grande peligro para el alma. Si dejas de preocuparte por tu alma, estás poniéndola en grave riesgo. ¿No hiciste tu canon de oraciones? La indiferencia te dice “¡No pasa nada!”. ¿No ayunaste? La indiferencia te susurra “¡No pasa nada!”. ¿Caíste en adulterio? La indiferencia insiste: “¡No pasa nada!”...
Esforcémonos, que Dios nos ayudará a salvarnos. Mientras más grandes sean las tentaciones, más grande será el don que recibamos. Y la corona será muy grande. Recordemos que Dios no permite que seamos tentados sobre nuestras propias fuerzas. Si tenemos oración, junto a la pureza espiritual y física, el don del Espíritu Santo descenderá sobre nosotros y todos nuestros problemas podrán ser resueltos con facilidad. Estos tiempos, tan difíciles para la salvación del alma, fueron ya profetizados por los Santos Padres.
(Traducido de: Ierod. Cleopa Praschiv, Pelerinaj în Sfântul Munte Athos, Sfânta Mare Mănăstire Vatopedi, Ed. Panaghia, 2005, p. 86)