Desde luego que no es lo mismo. Son cosas diferentes. Por eso es que se pide esa comunión de personas que se encuentran, están juntas. “Porque donde están dos o tres reunidos en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos”, dice el Señor. Por supuesto que la Comunión no se puede impartir vía TV o por la radio, pero ya es algo el hecho de no romper por completo el vínculo con la Liturgia y la comunidad.

“Iglesia” no significa un grupo de personas reunidas entre las cuatro paredes de un templo. La Iglesia no tiene esa clase de restricciones. “Iglesia” significa la totalidad de todos los fieles; luego, cada uno de nosotros es una célula o un miembro del mismo organismo, indiferentemente del lugar donde estemos. Puede que alguno sea un ermitaño y lleve años enteros sn asistir a la Divina Liturgia, que su espíritu sigue estando presente cuando esta es celebrada. O puede que otro permanezca en casa porque está enfermo o muy débil, o en el aislamiento que hoy todos tenemos que respetar. Aún así, seguimos siendo parte de la Iglesia. Entonces, sintonizar la Liturgia es preferible a nada. No es lo mismo, pero, insisto, es preferible a nada.