La lucha por imponernos a nosotros mismos
¡Intenta no odiar más a tus enemigos! Puede que no lo logres todos los días, ni toda tu vida… pero si luchas, luchas y sigues luchando, tu denuedo recibirá el auxilio de la Gracia de Dios.
¿Cuál es nuestro propósito? ¡Conquistarnos a nosotros mismos! Hay una lucha interior muy grande: ¡no hablar mal del otro y empezar a amarlo! Pero ¿es esto posible? Hermanos, ¡si Cristo lo ordenó, es que todo es posible! ¡Amemos a nuestros enemigos! En verdad, no es imposible. Si Cristo lo dijo, ¡entonces, es posible hacerlo! ¿Por qué no lo intentamos? ¿O es cosa de simple literatura eso de amar a nuestros enemigos?
¡Vamos, intentémoslo todos! Alguno dirá: “¡No se puede, padre!”. Pero yo le responderé que sí se puede. ¡Cristo Mismo dice que sí se puede! ¿Cómo? ¡Intenta no odiar más a tus enemigos! Puede que no lo logres todos los días, ni toda tu vida… pero si luchas, luchas y sigues luchando, tu denuedo recibirá el auxilio de la Gracia de Dios. Y aunque en esas te sorprenda la muerte, te encontrará en plena lucha por vencer. Sobre todo, esa lucha te ayudará a lograr algo muy importante: ¡aunque te cueste amar a quien te hace el mal, al menos dejarás de odiarlo! ¡Y esto es ya un paso considerable para salir de la fosa y empezar a subir, poco a poco, y salvarte!
(Traducido de: Ne vorbește Părintele Arsenie, ed. a 2-a, vol. 2, Editura Mănăstirea Sihăstria, 2010, p. 125)