Palabras de espiritualidad

La Luz que nos lleva a transformarnos

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Quienes han recibido el sobrecogedor privilegio de entrar en contacto con el fuego celestial, están preparados para soportar absolutamente todo.

La luz no-creada nos revela al comienzo el estado en que nos hallamos, que es uno terrible. En nuestra conciencia descendemos a lo profundo de nuestro propio infierno y nos vemos en nuestra propia miseria, del modo en que somos en realidad. Pero, cuando la Luz viene de otra manera, esta vez llena de gloria, el alma que se ha humillado necesita que el Mismo Dios la tome en Sus brazos y le otorgue la fuerza para recibir y soportar tan inefable don.

En verdad, el pecado comienza con un endulzamiento que luego termina en una trágica ruina. La liberación de la fuerza que el pecado tiene sobre nosotros empieza con el dolor de la contrición y termina con el enorme gozo de la victoria. No sólo una vez he oído a algunos decir: “Estoy listo para aceptar la religión, con la condición de que me ofrezca sólo alegría”. Tales personas esperan que la felicidad aparezca inmediatamente después de volver a la fe, cosa que no siempre es posible. El problema es que estas personas se provocan un daño inmenso al tratar de crearse un fundamento para su lucha diaria en pos del pan diario o en su búsqueda de quién sabe qué privilegios. Los artistas saben que han de acometer esfuerzos aún más considerables, si quieren tener éxito en el campo del arte que han elegido. A menudo, los poetas y los pintores, los escritores y los músicos no dudan en soportar, a lo largo de toda una vida, cualquier clase de carencias, todo por amor a su arte. Del mismo modo, y aún con mayor intensidad, quienes han recibido el sobrecogedor privilegio de entrar en contacto con el fuego celestial, están preparados para soportar absolutamente todo.

(Traducido de: Arhim. Sofronie Saharov, Fericirea de a cunoaște calea, Editura Pelerinul, p. 165-166)