Palabras de espiritualidad

La Madre del Señor, amparo e intercesora del mundo entero

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

¡Cuánta gloria tiene la Madre del Señor! Escuchen lo que dice el himno acatisto dedicado a su Santísima Protección: “¡Alégrate, protección del mundo, más vasta que las nubes!”

¡Cuánta gloria tiene la Madre del Señor!

Escuchen lo que dice el himno acatisto dedicado a su Santísima Protección: “¡Alégrate, protección del mundo, más vasta que las nubes!”. Una nube puede cubrir una ciudad, un país, pero la Madre del Señor, con su protección y su misericordia, puede cubrir a todos los pueblos del mundo, ¡tal es el poder que recibió de nuestro Salvador! Quienquiera que la llame, donde quiera que esté, en el bosque, en el desierto, en el campo, en una ciudad, en casa, en prisión, donde quiera que sea, Ella lo escucha, porque fue delegada como protectora e intercesora del mundo entero, frente a Dios.

(Traducido de: Arhimandrit Cleopa Ilie, Îndrumări duhovniceşti pentru vremelnicie şi veşnicie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2004, p. 151)

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