La madre “se carga” de Gracia al criar a sus hijos
El padre no sufre tanto con sus hijos y tampoco se “carga” como la madre. Por eso es que su amor es diferente.
La madre suele demostrar un amor y una capacidad de sacrificio más grandes que los del padre, porque éste no tiene demasiadas ocasiones para hacerlo. La madre se entrega y sufre por sus hijos, y al mismo tiempo “se carga” de Gracia con esos cuidados. La madre se entrega permanentemente, por eso recibe permanentemente. El padre no sufre tanto con sus hijos y tampoco “se carga” como la madre. Por eso es que su amor es diferente.
Muchas madres vienen y me piden, entre lágrimas, “¡Padre, ore por mi hijo!”. ¡Qué dolor, qué agonía! No obstante, son pocos los padres que me dicen: “Padre, por favor, ore por mi hijo, porque ha tomado un camino equivocado”. Hoy mismo, una madre que vino a verme con sus ocho hijos se esforzaba con esmero porque todos estuvieran atentos y recibieran la bendición. A un padre esto le hubiera resultado más difícil. (...) El abrazo del padre es seco cuando no tiene la Gracia de Dios. Mientras que del seno de la madre, aunque ésta se aleje de Dios, brota la generosa leche. El niño ama y respeta a su padre, pero es por medio del afecto y delicadeza de la madre que éste incrementa aquellos sentimientos hacia su papá.
(Traducido de: Sfântul Paisie Aghioritul,Viaţa de familie, Editura Evanghelismos, Bucureşti, 2003, pp. 84-85)