Palabras de espiritualidad

La oración a Dios es distinta a la invocación de los santos y los ángeles

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

A Dios se le pide como a Aquel que da por Sí Mismo lo que se le pide. Al ángel y al santo se les pide que oren por nosotros ante Dios.

Hay una diferencia entre la oración a Dios y la oración a los santos o a los ángeles. A Dios se le pide como a Aquel que da por Sí Mismo lo que se le pide. Al ángel y al santo se les pide que oren por nosotros ante Dios. Y lo que a veces se hace por intercesión de los ángeles, es Dios quien lo hace. El ángel recibe, a veces, no solamente el mandato de anunciar algo, sino el poder de hacer algo. Pero todo el poder proviene, en última instancia, de Dios. (El ángel) recibe tanto el mandato como el poder necesario por parte del Soberano supremo. Asimismo, por medio del Hijo obra también el Padre, porque Ambos son Uno. También el ángel vive a Dios, pero como un ser infinitamente superior, cuya cercanía le hace estremecerse.

No es posible invocar, al mismo tiempo, a Dios y al ángel, porque la invocación del ángel implica un sentimiento diferente. Cuando le pedimos algo al ángel o al santo, nuestro pensamiento se dirige siempre a Dios, porque sentimos que, al final, todo proviene de Dios, aunque nos lo dé a través del ángel o el santo. Un rey puede trabajar también por medio de sus servidores, y así demostrar su poder.

(Traducido de: Părintele Dumitru Stăniloae, nota 20 la Sfântul Atanasie cel Mare, Cuvânt împotriva elinilor. Tratat despre întruparea Cuvântului. Trei cuvinte împotriva arienilor, Editura Institutului Biblic și se Misiune Ortodoxă, Bucureşti, 2010, p. 500)