Ten cuidado, hijo, no sea que, absteniéndote de comer, caigas en el orgullo, reaccionando en contra de aquellos que no pueden alcanzar la medida de tu ayuno.

En esta situación, estarás demostrando que tu alma se llena de pasiones, aunque ayunes. ¡Qué terrible el dilema del alma que, sometiéndose al cuerpo, se deja dominar por las pasiones!

¿Qué sentido tiene subyugar tu cuerpo con el hambre, mientras tu alma se inunda de pecados? ¿Para qué vencer el amor al cuerpo, si dejas que en tu corazón entre el odio?

(Traducido de: Sfântul Vasile cel Mare, Despre evitarea mândriei, în vol. Învăţătură către fiul duhovnicesc, Editura Mitropoliei Olteniei, Craiova, 2007, p. 50)