Palabras de espiritualidad

La paciencia que ayuda a la salvación

  • Foto: Benedict Both

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Translation and adaptation:

Solamente alimentándonos con la santa humildad podemos permanecer en la santa casa de la paciencia.

La casa del alma es la paciencia; dicho de otra forma, la paciencia es donde vive el alma. Y el alimento del alma es la humildad; como dijera Elías el Ecdicos, solamente alimentándonos con la santa humildad podemos permanecer en la santa casa de la paciencia. Pero cuando este alimento no le basta, el alma se sale de la casa de la paciencia. Entonces la turbación le azota y la lleva de un lado a otro, aturdiéndola. Al igual que las olas, en ella se agitan incontables pensamientos y sentimientos viciosos, ahogándola en lo profundo de los pensamientos, las ilusiones, las palabras y los actos irreflexivos y pecaminosos. El alma llega, así, a un estado de terrible sometimiento, de una oscura desidia, acercándose a menudo a los abismos de la desesperanza que mata y a la discordia más absoluta. ¿Quieres permanecer en la santa casa de la paciencia y no volver a salir de allí? Prepárate las provisiones que necesitarás para esto: obtén y multiplica en ti los pensamientos y sentimientos humildes. Esa clase de humildad que prepara al hombre para ser paciente en las tribulaciones, antes de que aparezcan, y le vuelve capaz de soportarlas con el corazón bien dispuesto, es llamada por los Santos Padres la “difamación de uno mismo”.

(Traducido de: Sfântul Ignatie Briancianinov, Cuvinte către cei care vor să se mântuiască, Editura Alexandriei și Teleormanului, p. 13)