Palabras de espiritualidad

La realidad del ayuno

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Yo ayuno no solamente para mí, como individuo, sino como miembro de un Cuerpo que tiene sed de alcanzar la perfección que existe solo en Cristo, Quien es la Cabeza de la Iglesia.

El ayuno no es una prohibición, un veto, ni un simple ejercicio de mejoramiento personal. Es, como dicen los Padres de la Iglesia, un hambre y una sed de obtener la perfección del Cuerpo de Cristo. Es un modo litúrgico de la Iglesia. Yo ayuno no solamente para mí, como individuo, sino como miembro de un Cuerpo que tiene sed de alcanzar la perfección que existe solo en Cristo, Quien es la Cabeza de la Iglesia.

Si no quiero ayunar, me sitúo fuera del misterio de la comunidad de la Iglesia, me aparto de la albura de la obra del Cuerpo de Cristo. Me privo del manantial de agua viva que brota del Cuerpo de Cristo a través de Sus miembros vivos.

(Traducido de: Părintele Filotheos FarosÎnstrăinarea ethosului creștin, Editura Platytera, București, 2000, p. 12)

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