La única solución para el caos de este mundo
La Iglesia nos exhorta a redecubrir el dulce gusto del Cuerpo y la Sangre de Cristo. La solución al desequilibrio espiritual en el que vivimos actualmente no puede ser sino Cristo.
A nuestro alrededor surgen más y más poemas sobre este mundo decadente y la muerte. Y cada vez son glorificados con más elocuencia los vacíos que tenemos. Vivimos desesperados y somos sometidos a una entera política de desesperación de nuestras conciencias; así, se nos muestran, por ejemplo, toda clase de calamidades naturales, hambrunas, crisis en hospitales y pobreza, como si fueran cosas que nosotros mismos no estuviéramos viviendo. Y, además, en el momento en el que esta información nos es presentada con virulencia y somos atacados por este torrente de datos en nuestro corazón, todo eso se agrava, se acentúa.
La Iglesia nos exhorta a redecubrir el dulce gusto del Cuerpo y la Sangre de Cristo. La solución al desequilibrio espiritual en el que vivimos actualmente no puede ser sino Cristo. Y no puede ser sino Cristo, porque Él es Quien nos trae un lenitivo rocío para el horno de los tiempos actuales. El rocío de la Vida eterna en el horno de nuestros “homicidios culposos”. Ciertamente, nosotros somos como esos muchachos que fueron arrojados a un horno, y nuestro rocío no puede venir sino del Manantial de Cristo.
(Traducido de: Părintele Constantin Necula, Propovăduind Evanghelia iertării, Editura Agnos, Sibiu, 2012, pp. 11-12)