Palabras de espiritualidad

Las decisiones que tomamos en nuestra juventud

    • Foto: Valentina Birgaoanu

      Foto: Valentina Birgaoanu

Los jóvenes no tienen que precipitarse en tomar decisiones “prematuras” para la vida que quieren empezar. Conozco jóvenes que se angustian mucho y tratan de resolver todos sus problemas de un tajo.

Los jóvenes deben confiarse plenamente a la voluntad de Dios y tranquilizarse, porque nuestro amoroso Padre actúa ahí donde nosotros, humanamente, nada podemos hacer. Por tal razón, (los jóvenes) no tienen que precipitarse en tomar decisiones “prematuras” para la vida que quieren empezar. Conozco jóvenes que se angustian mucho y tratan de resolver todos sus problemas de un tajo. Finalmente, lo que hacen es confundirse por completo y terminan abandonando sus estudios. Por ejemplo, hay muchos que aún tienen que terminar la facultad, pero empiezan a llenarse de ansiedad pensando en el futuro, así que renuncian a seguir estudiando, cosa que después lamentan. No es posible hacer todas las cosas a la vez. ¡Así no es como se resuelven los problemas! Para conseguir lo que anhelan, antes tienen que hacer una “limpieza” general en su interior y ordenar todo. Lo primero que deben hacer es obtener un diploma, después buscar un empleo (…) y, a continuación, habiendo alcanzado la madurez, asumir, con la ayuda de Dios, la decisión de formar una buena familia, si esta es su inclinación, o encaminarse al monasterio que elijan, si sienten el llamado de la vida monástica.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Viața de familie, Editura Evanghelismos, București, 2003, p. 20)