Las necesidades del alma
El alma recién nacida necesita ser alimentada con la enseñanza de Cristo, purificada con el ayuno y la oración, calentada con el amor a su Creador, y protegida concienzudamente, con el cuidado de los pensamientos y los deseos, ante todo ataque del enemigo.
¿Qué es más importante para el recién nacido? ¿El alimento, el calor, la higiene o ser protegido? Podrás decir que alguno de esos aspectos es más importante que otro, pero tienes que reconocer que los cuatro son igual de fundamentales para el desarrollo correcto del infante.
El alma de un hombre que se ha “despertado” y se ha arrepentido es como un recién nacido. Acuérdate de la forma en que Cristo le habló a Nicodemo, sobre el volver a nacer del hombre. El alma recién nacida necesita ser alimentada con la enseñanza de Cristo, purificada con el ayuno y la oración, calentada con el amor a su Creador, y protegida concienzudamente, con el cuidado de los pensamientos y los deseos, ante todo ataque del enemigo.
¿Acaso no nos dijo el Señor, por medio de Sus Apóstoles, “si me amáis, guardad Mis mandamientos”? No dijo: “guardad un mandamiento”, sino “guardad Mis mandamientos”, es decir, todos. Y los mandamientos de Cristo se refieren al esfuerzo que debemos poner en cuidar nuestra alma. No se trata de un solo esfuerzo, sino de muchos.
(Traducido de: Episcopul Nicolae Velimirovici, Răspunsuri la întrebări ale lumii de astăzi – scrisori misionare, traducere Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sofia, București, 2002, p. 15)