Cuando le preguntaron por qué mientras más alto es un árbol, más profundo hunde sus raíces en la tierra, el Venerable Bonifacio respondió:

“Alzándose, se hace humilde, y humillándose, se enaltece. ¡Lo mismo debes hacer tú, hermano en Cristo! Si tus cualidades intelectuales o morales, naturales o gratíficas, exteriores o interiores, te enaltecen, tú más debes humillarte, siempre y en todo lugar. Sin las profundas raíces de la humildad nunca podrás librarte de caer”.

(Traducido de: Cuviosul Bonifatie de la Teofania, Bucuria de a fi ortodox, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, p. 140)