Palabras de espiritualidad

Las tentaciones de los más avanzados en lo espiritual

  • Foto: Florentina Mardari

    Foto: Florentina Mardari

Habiendo entendido este problema, y al recibir el consuelo de la Gracia, el individuo se vuelve con fe y anhelo a su Señor para que lo ayude, postrándose con humildad ante Él e implorando Su salvación, que es justamente el propósito de tales tentaciones.

En esta ley de la “comunicación” (con el mundo) participan también los padres espirituales, al asumir las debilidades de sus hijos espirituales con oración y otros trabajos que completan los vacíos de los demás. Nuestros Santos Padres sostienen que hay también otra forma de comunicarse con las tentaciones del otro, así: el que injuria participa de las tentaciones del injuriado; el calumniador con las del calumniado; el que comete injusticias, con las de quienes sufren esas arbitrariedades, y especialmente cuando los ofendidos soportan toda clase de perjuicios.

Ahora voy a enumerar las tentaciones que enfrentan los más avanzados, debido a su esmero y sacrificio. De acuerdo con las enseñanzas de los Santos Padres, estas suelen ser las siguientes: desgana, pesadez de cuerpo, debilidad en sus miembros, distracción, nebulosidad mental, aprensión, debilidad de alma, pensamientos oscuros, pérdida del auxilio de los demás, carencia de lo necesario en lo exterior, etc. Cuando todo esto le sobreviene al cristiano con el permiso de Dios, le causa un sentimiento de abandono. Y entonces su fe empieza a vacilar, como si se le hubiera arrebatado la esperanza que le sostenía hasta entonces. Sin embargo, la Gracia lo ampara calladamente, para que no cambie su forma de ver las cosas, convenciéndolo de que la tentación no viene de él mismo, ya que no ha abandonado su esfuerzo en la virtud. Habiendo entendido este problema, y al recibir el consuelo de la Gracia, el individuo se vuelve con fe y anhelo a su Señor para que lo ayude, postrándose con humildad ante Él e implorando Su salvación, que es justamente el propósito de tales tentaciones.

(Traducido de: Iosif MonahulBătrânul Iosif Sihastrul. Nevoințe – Experiențe – Învățături, Schitul Lacu, 2001, pp. 118-119)